Tribuna de ideas ubv Yaracuy es un espacio donde encontraras artículos, ensayos, textos, comentarios referentes a nuestra formación política e ideológica, a demás de establecer una alternativa en la web que nos vincule con el acontecer del día a día en las diferentes aldeas de nuestra casa de estudios; UBV
martes, 11 de septiembre de 2012
domingo, 29 de julio de 2012
Las Tareas pendientes
Las Tareas pendientes
Un profundo análisis de la situación política
mundial nos orienta correctamente en el devenir de nuestras acciones a corto
mediano y largo alcance, la necesaria búsqueda del fortalecimiento de la unidad
política, esencialmente del bloque de naciones suramericanas, como un gran polo
de poder a fin de hacerle frente a la envestida imperial, dicha unidad no debe
estar basada en el economicismo como vinculo primordial entre las naciones,
esta fase debe ser superada o estaremos repitiendo modelos anarcoides,
espoliadores de pueblo.
La búsqueda de modelos económicos alternativos que
sean capaces de propagarse en tiempo y espacio en las diferentes áreas
productivas de las naciones, fortalecer la producción de alimentos en términos
de estrategia productiva de satisfacción a las necesidades reales y objetivas
del pueblo, no con ánimos de lucrar al mercado y todo su parafernalia
especulativa, se trata es de orientar la productividad de los alimentos, hacer
más efectiva su distribución.
¿Cómo podríamos construir un modelo económico que
sea capaz de desarrollar las fuerzas productivas, elevar el nivel de vida de
los productores del campo, de los trabajadores de las fábricas de alimentos,
propiciando la transformación del sistema capital al sistema socialista?
¿Seremos capaces de transformar nuestras
debilidades y miserias humanas y sobre ponernos a las egoístas pretensiones de
la oligarquía nacional y foránea, con el objeto de enrumbarnos definitivamente
al desmontaje del aparataje hegemónico del mercado?
Los planteamientos que podamos expresar de manera
categórica y rotunda sobre este tema serán de gran valor en la medida en que
las trabajadoras y los trabajadores sean capaces de entender que son el sujeto
histórico de la lucha por la construcción de una sociedad más justa, es decir, en
el momento en que todas y todos los trabajadores de las distintas empresas e
instituciones del estado revolucionario comprendan que es la unidad y no el
fraccionamiento constante y continuo la que proporcionara la madurez política
esencial para dar el salto adelante y poder trascender a nuevos escenarios.
La aplicación de la receta dada por el presidente
Chávez sobre las tres R: Revisión, Rectificación y Reimpulso.
en torno a todos los escenarios de la batalla ideológica nos da las
herramientas claves para tal fin, veamos;
Si cada empresa e institución guiada por el estado: Revisa cada uno de sus
procesos administrativos contables, los hace más claros, menos engorrosos, mas
colectivos, si se adaptan a los planes estratégicos del estado revolucionario,
si los objetivos planteados se corresponden a los intereses del pueblo, si
estos son capaces de vincularse, articularse y complementarse con los planes de
las comunidades que le son aledañas en función del fortalecimiento y concreción
de otra receta: “El punto y circulo”, si cada una de las medidas gravitan en
función de rectificar para optimizar los recursos del estado, para la claridad
al momento de rendirle cuentas claras al pueblo, de fortalecer con ellas las
organizaciones políticas, al pueblo en
toda su máxima expresión; entonces solo así le estaríamos dando el re impulso
necesario para la transformación definitiva del estado burgués que aun está en
manos e intereses de la oligarquía nacional.
Damaso Díaz
socialistasiempre@gmail.com
En campaña permanentemente
En campaña permanentemente
El comportamiento de los revolucionarios debe estar precedida siempre
por la capacidad de análisis del momento histórico, de esta lectura depende en
mucho el desarrollo efectivo de las futuras acciones, en esta etapa del proceso
cuando se coloca en juego la permanencia de la revolución, cuando esta depende
de un resultado meramente electoral vale entonces preguntarse:
¿Cuál es la estrategia a seguir para transcender más allá del simple
acto de votar? ¿Será acaso que una revolución como la nuestra dependa en grado
sumo del elector inconsciente? Es preciso partir de una breve
caracterización de los escenarios, veamos;
Llevar a cabo la empresa de construir el socialismo sin quebrar el viejo
estado liberal burgués es un suicidio, pretender aletargar el rompimiento de
las entrampadas reglas impuestas por la vieja cultura seria propiciar la
modorra política, el estancamiento y acorto tiempo el restablecimiento de lo
anterior.
Los revolucionarios debemos declararnos en campaña permanentemente, la
connotación del evento electoral no debe ser el tradicional circo mediático, o
aquella exposición de maquinarias del marketing publicitario, de lobby
empresarial, de las acciones de compra y venta de votos como que si de un
mercado persa se tratara, por el contrario se trata de vitalizar la militancia
en torno a escenarios más dignos, con mayor carga de argumentos; no podemos
dejarnos confundir por el enemigo, el de adentro y el de afuera, la continuidad
de la revolución determina posibilidades de continuar la construcción de una
sociedad más justa.
Otro aspecto a resaltar en tiempos electoreros es como algunas figuras públicas
que ostentan cargos de elección popular se dedican a la “decoración y el ornato”
entonces realizan esfuerzos supremos en actividades que les son propias de sus
responsabilidades dejándose ver la torpeza y ganándose la crítica de la
sociedad, a menudo observamos el asfaltado que en innumerables oportunidades los
vecinos, conjuntamente con las vocerías respectivas de los consejos comunales
entre oficios le habrían solicitado hasta el cansancio. La campaña permanente
nos estimula a la efectividad de nuestras responsabilidades como actores
principales en la sociedad que deseamos construir, pero esta no vendrá por
acción divina, será el producto del trabajo necesariamente revolucionario, emancipador
y transformador.
Por más de una década hemos transitado por los caminos escabrosos de los
procesos eleccionarios, todos y cada uno de ellos con sus diferencias de matices respectivas, en cada oportunidad
ha tenido particulares patrones que le son propios a estos eventos; su
intensidad está marcada no por lo que hemos estado construyendo, si no, por lo
que la derecha recalcitrante impone como ritmo según su nivel de locura, o
mejor aun según el guion dictado desde el norte.
Estamos llamados a grandes objetivos, es insoslayable elevar el discurso
político, el reconocer las fallas no nos hace menos revolucionarios, por el
contrario auspicia el crecimiento, fortalece la moral, estimula a la
militancia, nos hace más dignos de estar en el escalafón más alto de la especie
humana, como nos diría el Che.
Muy a pesar de la cantidad de inscritos en el PSUV sabemos a ciencia
cierta que no todos propenden al trabajo político, muchos están como caimán en boca de caño, a la espera de dar el
zarpazo que los coloque en mejores condiciones económicas sin tener que
trabajar mucho, es preocupante como se viene gestando una rara especie de
desmerito del trabajo, la importancia que tiene para toda sociedad el
desarrollo de sus fuerzas productivas, en cambio se estimula la erradicación
del pensamiento de trabajo como elemento del desarrollo de la personalidad,
impulsado por la búsqueda de la construcción del “estado de bienestar” cuyo
resultados es sumamente alienante.
Un campaña permanente debe estar en manos del poder popular, no como una
delegación o mandato simbólico, aguda y desabrida; no, se trata del ejercicio
efectivo, a través de las diferentes organizaciones de base, con la
participación real de la amplia mayoría, en los asuntos públicos, declararnos
en campaña permanente es infinitamente más que la atención de los problemas
puntuales de una comunidad, es el abordaje integral de las fuerzas
revolucionarias en la suprema empresa de conquistar la definitiva
independencia.
Damaso Díaz
socialistasiempre@gmail.com
El riesgo de estar claro ideológicamente
Mates,
27 de marzo de 2012
El
riesgo de estar claro ideológicamente
Parece contradictorio que en
tiempos de cambios políticos, del decaimiento de las viejas estructuras
carcomidas por la corrupción, la falta de ética y el desarrollo de la crisis
moral extendida por las diferentes instituciones del estado liberal burgués
encontremos a un grupo de hombres y mujeres que por su claridad y profundidad
ideológica estén constantemente a riesgo en el ejercicio pleno de la militancia
revolucionaria.
¿Cómo se explica tal
situación?
Tras el inicio del proceso revolucionario Bolivariano,
comenzó a gestarse a la par una corriente de funcionarios en todas y cada una
de las instituciones del estado; las viejas y las de reciente creación, con una
aptitud común entre ellos, la de ser vividores, asalariados, o como comúnmente
se les conoce los que solo les importa el quince y el ultimo, por aquello del
cobro de las quincenas. Este tipo de funcionarios anquilosados en el viejo
pensamiento de que el papa estado lo resuelve todo, pensando en que ya somos
gobierno y dando por sentado de que los cambios vendrán poco a poco, como que
si de paciencia sin trabajo esfuerzos y sacrificios se tratara.
Para este tipo de funcionarios o servidores públicos se
hace necesario elevar la crítica urgente y propiciar las correcciones que
amerita, tomar la sindéresis; Formar un nuevo funcionario pasa por entender que
debemos demoler el viejo estado, desmontar la tesis de que todo lo que el
estado administra es deficiente, para ello no basta con el cambio de nombres, o
el simple cantico de consignas, el cambio de uniformes, va mucho mas allá de
esas simplicidades, comprendamos que los cambios no son producto de azar, ni
mucho menos vendrán por efecto de leyes o decretos.
Se hace inexorable el entendido de que todas las
instituciones deben adecuarse a la construcción colectiva de una nueva
estructura del estado, en la cual los altos directivos, gerentes o presidentes
de estas no se sientan pequeños estados dentro del gran estado, por el contrario, que sientan la
responsabilidad de trabajar aunadamente en función de objetivos comunes y no de
sus particulares intereses.
Por estas razones es que se hace tan difícil para un
grupo de compañeros y compañeras con ideas claras y con firmeza ideológica estar
y permanecer en las distintas instituciones, camaradas con tales
características representan un estorbo, un fastidio, para los directores o
presidentes de instituciones, para estos lo más importante son las apariencias,
las fachadas, los discursos y acciones sin forma ni fondo ideológico.
El análisis de los diferentes escenarios; nacional e
internacional deben ser un alerta, debemos optimizar los esfuerzos, ser
efectivos en la conducción y desarrollo de la actividad productiva del país, en
el manejo de los recursos del estado revolucionario, “la tarea de todo
revolucionario es hacer la revolución”, como nos dice Fidel Castro y en función
de ello todo el empeño de reconocer los errores y rectificar.
Cada acción efectiva, cada
tarea cumplida debe corresponder a la planificación estratégica, todas con el
único interés supremo de construir el estado socialista, para ello debemos
reconocer la importancia del modesto esfuerzo de los camaradas que hacen
militancia dentro de las instituciones, ese pequeño y selecto grupo de
combatientes que luchan por transformar el estado actual.
Damaso Díaz
socialistasiempre@gmail.com
El papel de la vanguardia
Miércoles, 14 de marzo de 2012
El papel de la vanguardia
El construir bases solidas
para avanzar a una verdaderamente transformación de la sociedad pasa
primeramente por caracterizar perfectamente ¿qué es lo que se debe cambiar?,
tener absoluta claridad del por qué debe ser cambiado, sin dejar de lado el
hecho de por quién o quiénes van a producir dicho cambio, partiendo de allí le
damos a la planificación elementos importantes para la definición de cada una
de las acciones, se definen cada uno de los campos de batalla, cada escenario
es determinado por la caracterización y la conceptualización de sus objetivos.
Todas las tareas deben girar
en el fortalecimiento de la organización del pueblo como accionante primordial
en la transformación de la sociedad; no son las instituciones por si solas las
que determinaran el cambio, no será por decreto ni mucho menos, este debe venir
de la mano de una organización efectiva del pueblo, de la claridad con que ese
pueblo conscientemente asuma su papel histórico de transformar las relaciones
existentes por un nuevo orden, por una nueva estructura, contenida de firmeza
ideológica, credibilidad, moral, ese es el papel que debe asumir la vanguardia
revolucionaria, ese grupo de hombres y mujeres con la suficiente claridad en las
ideas y en los objetivos que lleve a feliz término la construcción de una
organización que sea capaz de superar la fase meramente electorera, que
comprenda la importancia de los niveles de articulación, de vinculación y de
complementariedad con todas las instituciones del estado, haciéndose entre sí
una sola voluntad; la de propiciar el rompimiento del estado liberal burgués y
dar el paso firme a la construcción de una sociedad socialista.
En la vanguardia es
fundamental el conocer la realidad del momento histórico que se vive, no
solamente en lo local, regional y nacional si no en el aspecto global, de este
análisis dependen parte de la intención e intensidad de las tareas que se
asuman en función de esclarecer al resto de la organización y al pueblo mismo
toda la verdad sobre el escenario de lucha revolucionaria a nivel planetario,
sería un absurdo no tomar en cuenta estos aspectos del acontecer diario. La
relación dialéctica de cada escenario enfrentado con la franqueza y la
determinación de asumir en colectivo la construcción de una referencia de la
vanguardia revolucionaria de izquierda que sea capaz de trascender las
dificultades repetitivas históricamente por las distintas organizaciones de
izquierda no solamente en nuestro país, sino que tras pasa nuestras fronteras,
el mal germen de las tendencias, fraccionamientos y hasta personalismos dentro
de una misma organización, una estructura que sea capaz de superar las
aspiraciones de intereses particulares e individuales de dirigentes que erigen
sus pretensiones por encima de los intereses del colectivo en general.
Es por ello que estamos
llamados a la construcción consiente de una verdadera expresión del poder
popular como accionante de la permanencia en el tiempo y espacio de la
revolución, solo enmarcada, resguardada e impulsada por el pueblo organizado en
función de sus interés colectivos estaremos dando los pasos necesarios a la
construcción definitiva de la verdadera independencia y al nacimiento de la
patria socialista.
Damaso Díaz
socialistasiempre@gmail.com
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