domingo, 29 de julio de 2012

En campaña permanentemente


Lunes, 30 de abril del 2012

En campaña permanentemente

El comportamiento de los revolucionarios debe estar precedida siempre por la capacidad de análisis del momento histórico, de esta lectura depende en mucho el desarrollo efectivo de las futuras acciones, en esta etapa del proceso cuando se coloca en juego la permanencia de la revolución, cuando esta depende de un resultado meramente electoral vale entonces preguntarse:
 ¿Cuál es la estrategia a seguir para transcender más allá del simple acto de votar? ¿Será acaso que una revolución como la nuestra dependa en grado sumo del elector inconsciente? Es preciso partir de una breve caracterización de los escenarios, veamos;

Llevar a cabo la empresa de construir el socialismo sin quebrar el viejo estado liberal burgués es un suicidio, pretender aletargar el rompimiento de las entrampadas reglas impuestas por la vieja cultura seria propiciar la modorra política, el estancamiento y acorto tiempo el restablecimiento de lo anterior.

Los revolucionarios debemos declararnos en campaña permanentemente, la connotación del evento electoral no debe ser el tradicional circo mediático, o aquella exposición de maquinarias del marketing publicitario, de lobby empresarial, de las acciones de compra y venta de votos como que si de un mercado persa se tratara, por el contrario se trata de vitalizar la militancia en torno a escenarios más dignos, con mayor carga de argumentos; no podemos dejarnos confundir por el enemigo, el de adentro y el de afuera, la continuidad de la revolución determina posibilidades de continuar la construcción de una sociedad más justa.

Otro aspecto a resaltar en tiempos electoreros es como algunas figuras públicas que ostentan cargos de elección popular se dedican a la “decoración y el ornato” entonces realizan esfuerzos supremos en actividades que les son propias de sus responsabilidades dejándose ver la torpeza y ganándose la crítica de la sociedad, a menudo observamos el asfaltado que en innumerables oportunidades los vecinos, conjuntamente con las vocerías respectivas de los consejos comunales entre oficios le habrían solicitado hasta el cansancio. La campaña permanente nos estimula a la efectividad de nuestras responsabilidades como actores principales en la sociedad que deseamos construir, pero esta no vendrá por acción divina, será el producto del trabajo necesariamente revolucionario, emancipador y  transformador.

Por más de una década hemos transitado por los caminos escabrosos de los procesos eleccionarios, todos y cada uno de ellos con sus diferencias  de matices respectivas, en cada oportunidad ha tenido particulares patrones que le son propios a estos eventos; su intensidad está marcada no por lo que hemos estado construyendo, si no, por lo que la derecha recalcitrante impone como ritmo según su nivel de locura, o mejor aun según el guion dictado desde el norte.

Estamos llamados a grandes objetivos, es insoslayable elevar el discurso político, el reconocer las fallas no nos hace menos revolucionarios, por el contrario auspicia el crecimiento, fortalece la moral, estimula a la militancia, nos hace más dignos de estar en el escalafón más alto de la especie humana, como nos diría el Che.
Muy a pesar de la cantidad de inscritos en el PSUV sabemos a ciencia cierta que no todos propenden al trabajo político, muchos están como  caimán en boca de caño, a la espera de dar el zarpazo que los coloque en mejores condiciones económicas sin tener que trabajar mucho, es preocupante como se viene gestando una rara especie de desmerito del trabajo, la importancia que tiene para toda sociedad el desarrollo de sus fuerzas productivas, en cambio se estimula la erradicación del pensamiento de trabajo como elemento del desarrollo de la personalidad, impulsado por la búsqueda de la construcción del “estado de bienestar” cuyo resultados es sumamente alienante.
Un campaña permanente debe estar en manos del poder popular, no como una delegación o mandato simbólico, aguda y desabrida; no, se trata del ejercicio efectivo, a través de las diferentes organizaciones de base, con la participación real de la amplia mayoría, en los asuntos públicos, declararnos en campaña permanente es infinitamente más que la atención de los problemas puntuales de una comunidad, es el abordaje integral de las fuerzas revolucionarias en la suprema empresa de conquistar la definitiva independencia.




Damaso Díaz
socialistasiempre@gmail.com

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